Hola amigos de taringa, estuve leyendo la editorial de los inconseguibles del rock acerca de Charly García, y me pareció interesante compartirla con todos ustedes. Acá se las dejo para que la lean.

Las cosas son así, Charly:

Bien sabido es por casi todos que Charly está internado en Terapia Intensiva por un brote de descontrol que tuvo el día lunes a la madrugada, en la que fiel a su canción, demolió dos habitaciones de un hotel.

En la habitación de él encontraron marihuana y cocaína para el escándalo de la opinión pública que no las ve en los despachos de los funcionarios que manejan los destinos de un país pero sí las ve en la vida de un hombre que ha hecho de su imagen una obra de arte, para bien o para mal.

Una vez García dijo que vida privada le sonaba a privación de vida. Que su vida era pública por su condición de ícono cultural.

Pero vivimos en un país (los argentinos) en el que al artista se lo persigue y se le recrimina su conducta. Es normal escuchar a un taxista diciendo que García debería hacer esto o lo otro y lo único que recuerda de Charly es cuando se tiró del noveno piso en un hotel o alguna canción pegadiza.

Eso es lo que es Charly y lo que ha hecho a lo largo de toda su vida.

Me cansé de escuchar que "era un genio, pero ahora está hecho mierda". ¿Cómo se puede caer de la categoría de genio? La genialidad se lleva innata, es lo que caracteriza a la misma.

Un hombre que nació con oído absoluto, que puede reconocer una nota aunque provenga de un portazo, que a los 4 años tocaba de corrido todas las sonatinas de Chopin en el piano, no es normal. Es un genio. Es un superdotado o como quieran llamarle. Pero no es normal.

En esa anormalidad, se pretende que el mismo viva la vida como la vivimos el resto de los mortales. No se le puede pedir a un tipo que se pasa una noche en vela haciendo música y escribiendo letras, en defintiva, creando arte, que luego se levante a las 8 de la mañana para llevar una vida con "normalidad". O una cosa o la otra. Se le exige que nos de más, y a la vez se le impone que viva como todos nosotros.

A Diego Maradona se la ha perdonado todo. Se lo encontró en un departamento desnudo con otros hombres y aspirando cocaína. Perdonado. Se fue del Nápoli en medio de un escándalo por doping. Perdonado. Dio positivo en el Mundial de 1994. Perdonado. Dio positivo en Boca. Perdonado. No reconoció a un hijo extramatrimonial en Italia, cuyo examen de ADN se lo adjudica de manera indefectible. Perdonado. Atropello a una pareja subiéndose a una vereda. Perdonado.

Cada vez que caía internado, todos se rasgaban las vestiduras hablando bien de él. Pidiendo por su pronta mejoría, cuando su vida útil en el deporte ya había caducado.

Su misión fue darnos alegría en el futbol. Y vaya que lo hizo. Nunca hubo ni habrá otro tipo como él con una pelota n°5 bajo esa zurda eterna.

Pero ¿Qué hizo por mejorar la realidad de una generación? ¿Cuál fue su aporte a la conciencia de millones de seres humanos?

Es la cultura de la estupidización la que nos hace idolatrarlo. Es un fenómeno, de eso no hay dudas. Pero lo único que hizo fue entretenernos. Porque el fútbol será el deporte más apasionante, pero si no existiera, la vida seguiría igual.

Charly ha gritado cuando todos callaban. Ha escrachado a gobiernos asesinos gambeteando la censura y arriesgando su vida cuando todos se exiliaban. Nos ha contado de desaparecidos en plena dictadura. No después. Nos habló de la Triple A cuando funcionaba. No después. Nos gritaba sobre la represión cuando ocurría. No después.

Nos abrió la mente. Y no fue solamente a su generación. Desde 1973 viene gritando contra quien vulnere cualquiera de nuestras libertades.

Es imposible sacar cuentas de cuánto le debemos, pero sin dudas es muchísimo.

Que Charly tiene un problema para poder llevar su vida de manera prolija, es cierto. Pero es el único artista que conozco que ha sobrevivido al paso del tiempo sacando nuevos discos y viviendo del presente, no de viejas glorias. Tiene material para tocar 20 recitales de 2 horas con canciones totalmente distintas. Y sigue creando.

Hay otros músicos que llegan a viejos y siguen tocando. Y sin embargo ¿Quién se acuerda de las canciones de Bridges to Babylon de los Stones?

Eso es lo que lo diferencia del resto. Y es respetado a donde vaya, recibido por los músicos mas grosos de la historia. Pero nosotros no le damos bola.

Y no es de ahora. En 1983, Charly llevaba 10 años tocando por todo el interior. 10 años en los que había hecho todo Sui Generis, toda La Maquina de Hacer Pajaros, todo Serú Girán y ya iba por su segundo disco solista (si no contamos Música del Alma de 1980). Recién entonces, fue a tocar a Nueva York. A la vuelta, la prensa pacata, pedante y oportunista de la Argentina, lo trató por primera vez de genio. Charly, con el sarcasmo que lo caracterizó toda la vida, entonces dijo que para que a un artista le digan genio, no tiene que tocar en el interior.

Tocó con Sting, Peter Gabriel, Bruce Springsteen y Men at Work en vivo. Compartió zapadas con Keith Richards y Ron Wood. Cada vez que visita Nueva York, se ve con Yoko Ono. Es amigo de Andrew Oldham (productor de los Rolling Stones en los ´60) y ha entablado relaciones con Steven Tyler (Aerosmith) y Jaco Pastorius, con quién también tocó en vivo en Jazz in Río.

Todas cosas que nadie menciona.

Somos un país que defenestramos a nuestros ídolos. Sobre todo a los que nos hacen pensar. A los que hablan por nosotros. A los que hicieron de nuestra vida algo mejor. Los artistas son lo mejor que podemos tener. Es más importante que un literato o un filósofo. Es la conjunción de todos los factores que nos llenan esos huecos que la realidad nos genera.

"Músicos somos muchos. Artista no es cualquiera. Hay que bancarselá."

Charly García, Febrero de 1999, previo al recital en Puerto Madero donde juntó a 252.000 personas


fuente:

http://losinconseguiblesdelrock.blogspot.com/2008/06/las-cosas-son-as-charly.html