Que lo lloren, los que quieren salir en la TV, los mentirosos que decreten veintiún días de duelo. Como todo buen poeta de un pueblo tan culto como el nuestro se agotaran sus libros, se falsificarán sus poemas, se venderá en un remate publico el vaso donde bebió agua en la ultima presentación y, pasado dos o tres meses, lo borraran de los titulares y volveremos a hablar de delincuentes y estadísticas, de escándalos y malversaciones, de aprovechamientos y desfalcos.
Por Juan Polizzi
“Me arranco las visiones y me arranco los ojos cada día que pasa. No quiero ver ¡no puedo! ver morir a los hombres cada día. Prefiero ser de piedra, estar oscuro, a soportar el asco de ablandarme por dentro y sonreír a diestra y siniestra con tal de prosperar en mi negocio…” Gonzalo Rojas, “Contra la Muerte”.
Dicen que murió Rojas, Gonzalo Rojas, el poeta, pero eso es imposible …los poetas no mueren ,mas bien se van de parranda, viajan por el universo, reparten los poemas como palomas en la plaza, encantan sirenas celestes y de vez en cuando le pellizcan un muslo a la luna.
Los poetas no mueren, se repiten interminablemente en cada verso que alguien lee y que luego se interroga preguntando al silencio ¿porque lo habrá escrito?
El poeta no aspira a nada, sabe que la poesía es un mal negocio, que es ajena al libre mercado y a los tratados internacionales de comercio. Aprende como en ningún otro oficio que se nace para morir y que solo siendo poeta se vence a la muerte.
Rojas se eleva por el cosmos después de 93 años. Es decir en la plena juventud de un poeta, todavía enamorando las doncellas, todavía escribiendo en silletas de café, todavía robando una flor para entregarla a una dulcinea de turno.
No me digan que Gonzalo Rojas ha muerto, esa es una falacia,¿como va a morir si esta a mi lado en un libro de tapas azules,con su gorra de capitán sin barco, pero lleno de sueños y utopías?.
Que lo lloren, los que quieren salir en la TV, los mentirosos que decreten veintiún días de duelo. Como todo buen poeta de un pueblo tan culto como el nuestro se agotaran sus libros, se falsificaran sus poemas, se venderá en un remate publico el vaso donde bebió agua en la ultima presentación y, pasado dos o tres meses, lo borraran de los titulares y volveremos a hablar de delincuentes y estadísticas, de escándalos y malversaciones, de aprovechamientos y desfalcos.
Adiós querido poeta, te espera la gran pradera donde tendrás la paz necesaria para escribir tus mejores obras.
Dicen que murió Rojas, Gonzalo Rojas, el poeta, pero eso es imposible …los poetas no mueren ,mas bien se van de parranda, viajan por el universo, reparten los poemas como palomas en la plaza, encantan sirenas celestes y de vez en cuando le pellizcan un muslo a la luna.
Los poetas no mueren, se repiten interminablemente en cada verso que alguien lee y que luego se interroga preguntando al silencio ¿porque lo habrá escrito?
El poeta no aspira a nada, sabe que la poesía es un mal negocio, que es ajena al libre mercado y a los tratados internacionales de comercio. Aprende como en ningún otro oficio que se nace para morir y que solo siendo poeta se vence a la muerte.
Rojas se eleva por el cosmos después de 93 años. Es decir en la plena juventud de un poeta, todavía enamorando las doncellas, todavía escribiendo en silletas de café, todavía robando una flor para entregarla a una dulcinea de turno.
No me digan que Gonzalo Rojas ha muerto, esa es una falacia,¿como va a morir si esta a mi lado en un libro de tapas azules,con su gorra de capitán sin barco, pero lleno de sueños y utopías?.
Que lo lloren, los que quieren salir en la TV, los mentirosos que decreten veintiún días de duelo. Como todo buen poeta de un pueblo tan culto como el nuestro se agotaran sus libros, se falsificaran sus poemas, se venderá en un remate publico el vaso donde bebió agua en la ultima presentación y, pasado dos o tres meses, lo borraran de los titulares y volveremos a hablar de delincuentes y estadísticas, de escándalos y malversaciones, de aprovechamientos y desfalcos.
Adiós querido poeta, te espera la gran pradera donde tendrás la paz necesaria para escribir tus mejores obras.
